Si padeces hinchazón de pies y tobillos, es fundamental identificar la causa antes de intentar cualquier tratamiento. En el vídeo de hoy, examinamos nueve causas y cómo abordarlas eficazmente.
La primera causa es la número 9. "Traumatismo".
Si te has torcido o roto el tobillo o el pie recientemente, la hinchazón es la respuesta inflamatoria normal del cuerpo a la lesión. Cuando se dañan los tejidos blandos, el cuerpo envía sangre y fluidos adicionales a la zona para eliminar restos y empezar a reparar la lesión, lo que provoca hinchazón, enrojecimiento, dolor y calor alrededor del lugar del traumatismo.
En caso de fractura ósea, también se produce una hemorragia interna que puede acumularse en la zona y provocar una hinchazón y hematomas importantes. La hinchazón ayuda a estabilizar la fractura, pero dificulta caminar o incluso ponerse un zapato.
Para tratar la hinchazón causada por lesiones agudas de los tejidos blandos, como esguinces o traumatismos en el tobillo o el pie, utilice el método PRICE:
"Proteger" la zona evitando caminar sobre ella si duele y utilizando muletas si es necesario;
"Descansar" dando un respiro al tobillo;
"Aplicar hielo" aplicando una compresa fría que se adapte al tobillo para reducir la hinchazón y la inflamación;
"Comprimir" con un vendaje ACE para evitar la acumulación de líquido, pero sin apretar demasiado;
y "Elevar" manteniendo el tobillo elevado, preferiblemente con una cuña para la pierna para mayor comodidad.
Tome también antiinflamatorios de venta libre si su médico lo aprueba.
Sin embargo, el tratamiento más importante es el tiempo, ya que dependiendo de la gravedad y la localización del traumatismo, la inflamación puede tardar seis meses o más en remitir por completo, y algunas pueden persistir de forma permanente debido a daños linfáticos o vasculares.
La siguiente causa es la número 8. "Infección.
Si tiene una infección en la zona del pie o el tobillo, como la celulitis, es probable que se produzca hinchazón porque el cuerpo envía más sangre y células inflamatorias a la zona infectada para combatir las bacterias invasoras. Esta hinchazón suele ir acompañada de enrojecimiento, calor, dolor y, a veces, fiebre o escalofríos si la infección es grave.
Es fundamental tratar la infección subyacente con antibióticos, ya sean orales, tópicos o intravenosos. Sin embargo, no olvide utilizar también el método RICE (reposo, hielo, compresión y elevación) para tratar la inflamación, ya que reducirla puede ayudar al organismo a combatir la infección con mayor eficacia.
Las infecciones como la celulitis pueden causar una hinchazón importante y requieren un tratamiento médico rápido para tratar esta afección adecuadamente.
Pasando al número 7, tenemos la "insuficiencia venosa".
Los problemas con las venas de las piernas son una causa muy común de pies y tobillos hinchados. El sistema venoso se encarga de transportar la sangre desoxigenada desde las piernas, las extremidades y los órganos hasta el corazón. A diferencia de las arterias, que utilizan la fuerza de bombeo del corazón, las venas dependen del movimiento muscular y físico para impulsar el flujo sanguíneo de vuelta al corazón.
La insuficiencia venosa crónica (IVC) se produce cuando las válvulas unidireccionales de las venas de las piernas se debilitan o dañan, permitiendo que la sangre fluya hacia atrás y se acumule en la parte inferior de las piernas. Esta acumulación de sangre deja pasar líquido a los tejidos circundantes de las piernas, lo que provoca hinchazón, decoloración de la piel, varices y, a veces, úlceras en las piernas.
La hinchazón suele empeorar al final del día después de estar en posición vertical y mejora un poco después de acostarse un rato. Si lleva un estilo de vida sedentario con poca actividad física o pasa mucho tiempo de pie, aumenta el riesgo de desarrollar problemas venosos.
El uso de medias de compresión puede ayudar a mejorar el retorno venoso de las piernas y reducir la hinchazón. Otros métodos consisten en elevar las piernas para drenar la sangre acumulada, hacer ejercicios con los músculos de la pantorrilla para favorecer la circulación y perder peso en caso de sobrepeso. En casos graves, pueden ser necesarias intervenciones para extirpar, cerrar o derivar las venas dañadas.
El número 6 es "Coágulos de sangre en las venas profundas".
Una de las principales causas de la insuficiencia venosa crónica es la trombosis venosa profunda (TVP). Una TVP o coágulo sanguíneo en la pierna, que a veces puede formarse tras una intervención quirúrgica, puede causar una hinchazón importante sólo en esa pierna o pie.
Como el coágulo bloquea el retorno normal de la sangre al corazón, el líquido queda atrapado en los tejidos de la pierna y provoca hinchazón, dolor, calor y enrojecimiento. Aunque es necesario tratar el coágulo con anticoagulantes, la hinchazón puede persistir mientras el cuerpo desarrolla nuevas venas alrededor de la zona del coágulo. Después de una trombosis venosa profunda es frecuente que se produzca cierta hinchazón permanente.
Si sospecha que se ha formado un coágulo sanguíneo, es fundamental que acuda inmediatamente al médico, ya que pueden producirse complicaciones graves, como una embolia pulmonar. Esto significa que un trozo de coágulo se desprende y viaja hasta los pulmones, donde provoca una obstrucción en una de las arterias pulmonares. Si experimenta hinchazón en una sola pierna, especialmente con dolor o decoloración, necesita que le evalúen inmediatamente.
La siguiente causa es la número 5. "El linfedema.
El linfedema es una afección crónica que se produce cuando el sistema linfático está dañado o deteriorado, a menudo debido a la extirpación de ganglios linfáticos, radioterapia, lesiones o infecciones. Esto provoca una acumulación de líquido linfático rico en proteínas que se filtra a los tejidos circundantes. En el linfedema, la hinchazón suele aparecer en un brazo o una pierna y puede causar también sensación de pesadez y dolor, restricción de movimientos y engrosamiento de la piel con el tiempo.
Esta afección suele tratarse con prendas de compresión, aunque pueden no ser suficientes. A menudo se requieren masajes linfáticos especializados, ejercicio y otras terapias para favorecer el drenaje linfático. Para ver nuestro suplemento recomendado para reducir el linfedema o la hinchazón de piernas, haz clic en el siguiente enlace.
A continuación, tenemos el número 4. "Efectos secundarios de los medicamentos".
Muchos medicamentos comunes pueden provocar retención de líquidos e hinchazón de pies y tobillos como efecto secundario. Los antagonistas del calcio utilizados para tratar la hipertensión son uno de los grupos de fármacos que pueden provocar este problema.
Además, los esteroides como la prednisona, los antidepresivos, los medicamentos para la diabetes, los medicamentos hormonales como las píldoras anticonceptivas y los antiinflamatorios no esteroideos (AINE) también pueden contribuir a la hinchazón de pies y tobillos. Esta hinchazón se debe al efecto de los medicamentos en los riñones, los vasos sanguíneos o la capacidad del organismo para regular los líquidos.
Si la hinchazón es excesiva o le causa molestias importantes, hable de este efecto secundario con su médico. Puede que le ajusten la dosis o le cambien a un medicamento alternativo para aliviar la hinchazón de pies y tobillos.
La causa número 3 es la "insuficiencia cardíaca".
La insuficiencia cardíaca es una enfermedad crónica en la que el músculo cardíaco se vuelve demasiado débil o rígido para bombear la sangre correctamente por todo el cuerpo. Puede producirse gradualmente o de forma repentina tras un infarto u otros problemas cardiacos graves. Un síntoma frecuente es la acumulación de líquido y la hinchazón de piernas y tobillos, que suele afectar a ambas piernas y no sólo a un lado.
Cuando se deteriora la capacidad de bombeo del corazón, éste no puede bombear eficazmente la sangre desde las piernas, lo que provoca la acumulación de líquido en las extremidades inferiores. La hinchazón puede ir acompañada de fatiga, dificultad para respirar y aumento de peso.
El tratamiento de la cardiopatía subyacente es crucial para reducir la hinchazón de las piernas. Los métodos incluyen medicamentos como los diuréticos y los inhibidores de la ECA para eliminar el exceso de líquido y mejorar la función cardiaca, ejercicio aeróbico regular para favorecer la circulación e inscripción en un programa de rehabilitación cardiaca. Incluso con tratamiento, puede ser necesario llevar medias de compresión y elevar las piernas para evitar la acumulación de líquido.
En el número 2 tenemos, "Enfermedad renal".
Los riñones desempeñan un papel vital en la regulación del equilibrio de líquidos del organismo, pero cuando no funcionan correctamente debido a una enfermedad renal, el exceso de líquido se acumula y queda atrapado en los tejidos del cuerpo, especialmente en las piernas y los pies, lo que provoca la hinchazón de pies y tobillos.
Esta hinchazón se debe a dos motivos principales: en primer lugar, cuando la función renal está deteriorada, el organismo no puede eliminar eficazmente el exceso de líquido, lo que provoca su acumulación en los tejidos; y en segundo lugar, en las insuficiencias renales graves, las proteínas pueden salir de la sangre y pasar a los tejidos, atrayendo más líquido mediante un proceso denominado ósmosis. Esta hinchazón debida a la insuficiencia renal suele ir acompañada de otros síntomas como fatiga, náuseas y cambios en los patrones de micción.
Tratar el problema renal subyacente con la ayuda de un nefrólogo es crucial para tratar la hinchazón. Las medidas recomendadas incluyen seguir las restricciones dietéticas para la enfermedad renal, limitar la ingesta de sal, líquidos y potasio, elevar con frecuencia las piernas, llevar medias de compresión y tomar diuréticos (pastillas contra la retención de agua) según prescripción médica.
Y en el número 1, tenemos la "enfermedad hepática".
Tanto las enfermedades hepáticas como la desnutrición pueden contribuir a la hinchazón de pies y tobillos al reducir los niveles de importantes proteínas sanguíneas que ayudan a mantener el líquido dentro de los vasos sanguíneos. El hígado produce muchas de estas proteínas, incluida la albúmina.
La albúmina ayuda a mantener la presión oncótica, que es la fuerza que atrae el líquido hacia los vasos sanguíneos desde los tejidos circundantes por ósmosis. Cuando los niveles de albúmina y otras proteínas descienden demasiado, esta presión disminuye, lo que permite que el líquido salga de los vasos sanguíneos y se acumule en las piernas y los tobillos por efecto de la gravedad, provocando un edema. Esta hinchazón de piernas, a menudo acompañada de hinchazón abdominal (ascitis), se observa con frecuencia en personas con insuficiencia hepática.
Para tratarla, suele ser necesaria una combinación de tratamientos. Esto incluye tratar la afección hepática subyacente, seguir una dieta baja en sodio y rica en proteínas, llevar medias de compresión, elevar las piernas y tomar los diuréticos o pastillas para líquidos que recomienden los profesionales sanitarios.